Penélope les
explica a los pretendientes que el que pueda armar, tensar y disparar una
flecha entre el centro de doce hachas, será el que gane la contienda y se
casará con él. Telémaco trata de hacerlo pero una señal de Odiseo lo detiene.
Los pretendientes intentan armar el arco y ninguno lo logra. Odiseo
(forastero). Los pretendientes se molestan cuando ven que el mendigo quiere
tensar el arco, pues dicen que los
humillaría si él pudiese hacerlo. Mientras Odiseo arma el arco, les hace una
seña a sus fieles y éstos cierran las puertas (del palacio). Odiseo dispara la
flecha que pasa por los blancos. Telémaco, a una señal de su padre, se sitúa
junta a él.
Luego Odiseo
le dispara una flecha a Antínoo que cae muerto. Odiseo les dice a los pretendientes
quién es él y Eurímaco, le contesta que los deje vivir y que cada pretendiente
le devolverá veinte bueyes, bronce y oro para resarcir lo que ellos devoraron.
Odiseo lo termina matando. Telémaco va por armas para, el, Odiseo, Eumeo y el
pastor de bueyes, así se desata la batalla. Todos los pretendientes terminan
huyendo del palacio. Odiseo le pide a Euriclea azufre para purificar la casa.
Más
tarde, Euriclea despierta a Penélope
para informarle que el mendigo era en realidad su esposo y que ya había matado
a los pretendientes. Ella no lo cree y se muestra con mucha precaución ante
Odiseo. Él dice el cómo fabricó su dormitorio y de esa forma ella logra creerle. Odiseo manda que se toque
música y que dancen las esclavas para que la gente que pase por ahí crea que
celebran una fiesta. Solos en la noche, Odiseo le relata sus aventuras y le
dice que debe cumplir con la profecía que le había hecho Tiresias cuando fue a
la morada de Hades. A la mañana siguiente, acompañado de su hijo y los pastores
va a buscar a su padre Laertes.
En ese
momento, las almas de los muertos viajan al Hades, donde cuentan lo ocurrido a
Agamenón y Aquiles, compañeros del héroe en la expedición de los aqueos a
Troya. Odiseo marcha a casa de su padre, Laertes, que se encuentra trabajando
en la huerta. El hombre se encuentra envejecido y apenado por la larga ausencia
de su hijo. Para ser reconocido, Odiseo le muestra la cicatriz y recuerda los
árboles que en su infancia le regaló su padre. Mientras, los familiares de los
pretendientes se juntan en asamblea, y piden venganza por la muerte de los
suyos. Odiseo, su hijo y su padre, que se encuentran en la casa de éste,
aceptan el reto, y da comienzo la lucha. Laertes dispara una lanza que mata al
padre de Antínoo. Pero en ese momento cesa la lucha. Interviene la diosa
Atenea, que anima a los itacenses a llegar a un pacto, para que juntos vivan en
paz durante los años venideros.
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